SE NOS CAE LA CASA ENCIMA

SE NOS CAE LA CASA ENCIMA

Dentro de nada se cumple un año que un teatro emblemático de Valencia lleva cerrado. Es un edificio antiguo, que forma parte del patrimonio histórico, o al menos forma parte de la historia (no sé si pertenece al patrimonio histórico o no), un palacete del Renacimiento tardío y que desde principios del XX alberga el teatro Escalante. Su patio aún guarda la estructura de entrada de carruajes y el patio de butacas era donde se situaban las antiguas caballerizas. Sobre el portalón de entrada, el escudo de los barones de Cortes y Rualla. Muy cerca de allí, casi pared con pared, está el Portal de la Valldigna del 1400 y que separaba la Valencia cristiana de la “morería”. El teatro es plenamente modernista y como curiosidad, tiene unas columnas de hierro en los palcos que fueron rescatadas de un barco hundido en la guerra de 1914-1918.

En 1989 empieza a gestarse el proyecto con festivales, ciclos, giras… como embrión se llamaba TEATRE DELS SOMNIS y después TEATRE ESCALANTE o CENTRE TEATRAL ESCALANTE, por el que pasaron más de 2 millones de espectadores hasta 2015 (fuente. WIKIPEDIA) En 1995 se crea la ESCUELA DE TEATRO, de la que tuve el honor y la alegría de formar parte como profesor de interpretación de 1º y 2º y de la especialidad de dirección escénica; se completa el proyecto con la sala de exposiciones.

El teatro está gestionado por la EXMA. DIPUTACIÓ DE VALÈNCIA, pero el edificio pertenece a un patronato.

El caso es que en octubre de 2016 se observa en el patio de butacas un problema peligroso, se desaloja el teatro, donde se ensayaba la última producción del Centre teatral Escalante, “TOM SAWYER”, se apuntala la zona y se hacen unas catas… El caso, y a lo que voy, es que la intervención para rehabilitar el teatro costaría unos 6.000.000 € y la Diputación ha decidido no intervenir, no renovar el contrato de alquiler con el patronato y cerrar el teatro buscando un nuevo emplazamiento para que el proyecto siga adelante… 6 millones de euros con la que está cayendo… seis millones de euros comparado con lo que se gastan con otras cosas… seis millones de euros… La pregunta está en el aire. ¿Vale la pena gastarlos en la rehabilitación o en otras cosas? “Con la que está cayendo”… aunque el gobierno dice que hemos salido de la crisis… pues serán ellos, porque yo sigo igual… o peor, porque me hago mayor… y, ojala, esos 6 millones se gastaran en otras cosas de provecho para la sociedad, la cual, a pesar de lo que pueda pensar el gobierno sigue estando muy necesitada. No sé. Quitar barracones de los colegios… sanidad… carreteras… comunicaciones entre el mundo rural y las grandes ciudades… Lo malo es que no se gasten en rehabilitar un teatro, un edificio del renacimiento tardío valenciano, con unas columnillas de hierro rescatadas de un barco hundido en la guerra del 14… y se acaben gastando en homenajes, eventos, cosas de las que te preguntas… ¿y eso es más necesario que rehabilitar un teatro que ha sido, que es, emblemático para mucha gente, un edificio del renacimiento tardío (ignoro el valor patrimonial del susodicho, pero más que una rotonda de esas horrorosas que plagan nuestras carreteras y las entradas de algunas ciudades, debe valer)? Y desde mi ignorancia me pregunto ¿Cuántas cosas valen seis millones de euros? ¡Quien los tuviera! Aunque con menos me conformaba... En fin es difícil escuchar a tu corazón o a tu cabeza en un tema como este. Pero tengo que decir que ahora me grita más el corazón que la cabeza… porque cuando ves injusticias… quien grita es el corazón y la cabeza se indigna…

Y tenemos derecho al sentimiento, al sentimentalismo, al dolor, a la decepción, al pataleo y a la rabia y al miedo que provoca, al menos en mí, pensar que en este bendito país valenciano el daño estructural de la Escalante, bien podría ser una metáfora del estado del “edificio” del teatro y de la cultura en esta tierra: se nos desmorona todo, se nos escapa como arena seca entre los dedos, donde todos o casi todos intentamos sobrevivir como podemos sin más ilusión que la de poder hacer algo o al menos tener un poco de tranquilidad de esa que te permite pagar las facturas. Y para ello nos reinventamos día a día y eso duele y desgasta… ¡Señores que fomentan el emprendedurismo! No hay mejor emprendedor que el artista. Siempre lo hemos sido y siempre lo seremos aunque nos quedemos en pelotas y más solos que la una, porque cuando el dinero no entra por la puerta, el amor y la amistad salen por la ventana.

Y es que trasladar un teatro no es como trasladar una zapatería o una frutería. En un teatro se esconden voces de otros tiempos, emociones que han impregnado las paredes, las moquetas, los telones, la madera… hasta las columnas de hierro del barco hundido en la 1ª Gran Guerra; recuerdos y hasta fantasmas… El teatro se puede ir a un sitio más nuevo, pero eso queda ahí… eso no se puede trasladar ¿Vale la melancolía 6 millones de euros? Pero es que creo que no se trata solo  de melancolía, hay mucho más. Los proyectos los hacemos realidad las personas y no los edificios, pero cuando un edificio ha sido la casa de ese proyecto y la casa de tantos sueños, durante tanto tiempo, duele tener que irse y dejarla morir. Quiero pensar que a estos gobernantes que deciden estas cosas, también les duele tomar estas decisiones… quiero pensarlo… pero cuesta… cuesta hacerse a la idea… es que son muchas las barbaridades que hemos tenido que vivir. En todos los sentidos… Y esto parece una barbaridad más… 

Antes, sra, Dipu, molabas más. Estaba el SARC, que ahora se ha quedado en una difuminada reminiscencia de lo que fue, estaba Escalante… Nos queda el Principal, de la calle Barcas, edificio teatral propiedad de la Dipu… de momento… porque el día menos pensado… catacroc, tal es el estado en que se encuentra. Las pulgas siempre van al perro más débil y en este caso, la cultura es el perro más débil. 

Llevamos mucho tiempo que, cada vez que aseguramos un palo del sombrajo, se nos caen tres. Parece que la mejor manera de exterminar algo es dejarlo sin nido. Una política cultural a la deriva, un mercado deslavazado, muchas compañías, o mejor dicho grupetes de teatro, mucha oferta, poca demanda y mucha, mucha confusión. Quizás me jodería menos si esto hubiera pasado en otras circunstancias, pero cuando todo se desmorona, estas cosas duelen más y me (nos) estoy cansando de sobrevivir y me gustaría volver a vivir… pero el naufragio no es previsible, el naufragio ya se ha dado y cada uno busca una tabla, aunque esté carcomida, donde cogerse y no ahogarse. Viendo el panorama, pienso que gastar un dinero así es un compromiso, o una putada (qué caray), pero es que no se gestiona bien el dinero, se sigue derrochando en cosas que sólo contentan a unos cuantos y para la foto de rigor. Aún no conozco a un político que haga algo por la sociedad y renuncie a salir en la foto. Aunque en casos así no suelen dar la cara y explicar las cosas como realmente son. Señores y señoras políticos y politicas… no se gasten mi dinero en rehabilitar un teatro si ese dinero sirve para paliar el sufrimiento en el que mucha gente se encuentra a pesar de haber “salido de la crisis y que nuestro país tenga un crecimiento económico mayor que la media europea”, pero si ese dinero, o cualquier dinero es empleado en cosas de las que cabe preguntarse ¿y esto era necesario? Entonces no se extrañen que me enfade, grite, patalee y piense que por mucho que sean el gobierno del cambio, a los que voté, yo no veo el cambio por ningún lado… seguimos bebiendo la misma agua… Contentar a todo el mundo es imposible… claro, joder, y hacer las cosas bien es facilísimo, solo hay que dejar intereses partidistas o personales a un lado y pensar en el bien común... ah, y eso del bien común hay que trabajarlo más allá de la época electoral… ¿no?... Y mientras pasa esto… le dan a Pablo Motos el premio nacional de cultura y un torero tuerto (que no muerto, eso era un grupo de música que cantaba mi agüita amarilla) se pavonea con una bandera franquista con aguilucho y todo… cultura… (emoticono de tipo carcajeándose, es lo único que nos queda… carcajearnos) 

FIRMA LA PETICIÓN PARA NO CERRAR ESCALANTE
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